24 de febrero de 2010

LA ESPERA. 1984.

En realidad, esperar es lo que he tenido que hacer para darle forma a esta entrada del blog. Tiempo, tiempo es lo que se necesita para recordar a algunos de los ilustres dibujantes y guionistas de aquella mítica revista, 1984.

ART-F463-763-693-181Hace poco, poco al compararlo con los más de veinte años atrás en los que ahora me muevo, me preguntaron si tendría éxito ahora relanzar revistas de cómic al estilo de las que aparecieron en España en los años 80 (¡del siglo pasado!), respondí que no. Lo pensé, a bote pronto,  entonces y lo pienso ahora, más sosegado, cuatro meses después. La explicación es que, a pesar de que hay una tendencia nostálgica y de recuperación de elementos del pasado muy fuerte, de reeditarse aquellas revistas es posible que ocurra con las reediciones que estoy viendo en el mercado, la falta de calidad. Ese sería el primer fracaso de sacar revistas ahora. De hacerse una publicación nueva, no sobreviviría. ¿Por qué?, porque se ha perdido parte de la magia de entonces, saber esperar durante un año o año y medio que una serie termine, y contentarse con una ración de cuatro o cinco páginas mensuales.

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Introducido ya el tema, dada ya la tabarra, voy a lo que debo ir, a hablar de la publicación. 1984 era una revista de cómics en los que predominaba la fantasía y la ciencia ficción. Editada por Toutain, al igual que Creepy tomó su nombre de la revista homónima estadounidense de la Editorial Warren. Este sistema de franquicia le permitía reproducir gran parte del material que se publicaba en América, al que se añadían aquí, en España, series producidas por autores españoles, portugueses y argentinos. Además de una introducción a modo de editorial, reflexiones y algún que otro reportaje o dossier sobre la situación del cómic, algún autor o algún crítico. (Así que esta idea de intercalar comentarios y experiencias propias entre las disertaciones sobre cómics no es ni mía, ni nueva).

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1984, la española, nació en 1978. El nombre hacía referencia a la novela de George Orwell, y la ambientación inicial, sin duda, también lo era. Pronto se abandonó ese clima opresivo y futurista, para convertirse en una revista que amparaba la ciencia-ficción, gracias a Dios no desde la óptica simplista de La Guerra de las Galaxias, sino a reflexiones influidas por el propio Orwell, Bradbury, Asimov, o desde el cine por Naves Silenciosas, Tron, Blade Runner o El Abismo Negro. Es posible incluso que Tarkovski, el olvidado cineasta ruso, o el Godard de Alphaville, influyeran en la estética del cómic. No podía ser de otra forma, la amalgama de autores fue grande y notoria, tanto en procedencia, como en calidad, como hasta en las temática. Las pareja artísticas formadas por Altuna y Trillo, el propio Trillo y Bernet, tuvieron aquí un lugar donde poder dar rienda suelta a su imaginación. Pero sus obras no siempre fueron ciencia-ficción, en las postrimerías de la época dorada de la revista, la temática no podía ser más erótica, tanto que la serie que comenzaron aquí Trillo y Bernet, Light & Bold, fue continuada y reeditada por Penthouse Comic.

taberna En el año 1984, tras 64 números, varios extras y almanaques, comenzó Zona 84. En principio, el cambio de nombre se hacía para evitar anacronismos al año siguiente. Esta vaga excusa escondía dos motivos que no se mencionaban, por un lado seguir la estela iniciada por la homónima norteamericana y a la vez desligarse de ella, y por otro abrir la temática de la revista a otros temas y autores. Se incorporan historias de corte social, erótico, fantástico, surrealista, y se le da la “oportunidad” a autores noveles. El porcentaje de historias de calidad seguía siendo alto, y, a pesar de la desaparición de Berni Wrightson y de Frank Thorne, de sus historias de terror y de espada y brujería y algo más (Ghita era un mito erótico, la antítesis a la virgen Red Sonja), atrajo a la gran parte de los lectores anteriores. Richard Corben, que en 1984 habia publicado su versión de los Cuentos de las Mil y Una Noches, se convirtió en una especie de dios para los editores; tanto que su cuasi-omnipresencia nos llevó hasta el hastío a algunos de nosotros (solo mucho después y tras una lentísima digestión de aquel atracón he vuelto a valorarlo). Así las cosas, y año tras año, la calidad global fue decayendo de forma paulatina. No fue un episodio aislado, este tipo de publicaciones estaba muriendo, pero los diversos experimentos que se hacían con la revista, introduciendo a autores con calidad insuficiente, guiones flojísimos o copiados de alguna película de moda en aquella época, o la inclinación hacía la temática exclusivamente erótica, remataron a Zona 84, que murió oficialmente en el 92. Para otros había muerto mucho antes, hacia 1989, tras una larga agonía y espera iniciada en el verano de 1984.

The_Complete_Ghita_of_Alizarr_by_Frank_Thorne Parece increíble, porque para un adolescente con dieciséis años hay pocos asuntos más atrayentes que el sexo, y si es explícito mejor. Pero la ya mencionada Light & Bold y Druuna, de Serpieri, provocaron un sentimiento de timo que hacía que las aventuras y proezas sexuales de sus protagonistas femeninas casi no importasen. Casi, no se puede mentir. La secuencia de estas historias, introducción, acto sexual de corta duración, diálogo, acto sexual de gran duración, diálogo, final con acto sexual; cansaba. A pesar de la voluptuosidad y facilidad de las neumáticas protagonistas.

galeries_C1R1_9 De todas formas, y, a pesar del indeseado final, el papel de Josep Toutain en la difusión del cómic adulto (no confundir esta terminología con la de cine para adultos usado como eufemismo para cine porno), fue primordial en la historia española. Desde mediados de los años 60 se ocupó de darle una dimensión intelectual a la historieta y hasta su muerte se mantuvo en el sueño de convertirlo en Arte. Gracias a él, conocimos a autores fundamentales, y nuestros sueño, amén de cine, fueron de papel, de papel desinée.

Corben-07Para saber más, o como regalo, traigo este testimonio, que alguien que en un foro llamado Pasadizo, ha traducido. NO se trata de material elaborado por mí, por lo que pido disculpas, si alguien no desea que aparezca aquí y desea que sea retirado:

Al parecer, todo el que conoció a Toutain alberga sentimientos contradictorios hacia él... Se dice que era todo un seductor, en el más amplio sentido del término, con un savoir faire y una confianza tan absoluta en sí mismo que lograba transmitirla a los que le rodeaban. No me resisto a transcribir las palabras del mismísimo James Warren, publisher de la famosa línea de magazines en b/n "Creepy", "Eerie", "Vampirella", etc. acerca de su primer encuentro con el carismático Toutain.
Traduzco:
"Eran las cuatro de la tarde de un fin de semana en la oficina de Nueva York y mi secretaria, Liz Alomar, dijo: 'Un tal Mr. Toutain está aquí para verle'. Dije, 'Liz, no tiene ninguna cita. Sabes que quiero salir temprano porque hoy tengo una cita a las 4:30'. Ella dijo: 'Mr. Toutain desea enseñarle algunas muestras de artistas. Representa a un estudio artístico'. En Warren Publishing, teníamos a cinco de esos vendedores al día, y dije, 'Liz, realmente este no es el momento'. Josep Toutain era de Barcelona, un español bastante imponente con sus 6'2", hablaba como Ricardo Montalbán, y llevaba un foulard alrededor de su cuello. Podría haber sido un actor shakespeariano. Liz estaba bastante pillada y se enamoró de él nada más verlo. Ella dijo, 'Mr. Warren, ha hecho todo este camino desde España, y volará de vuelta a Barcelona mañana por la mañana. Por favor, ¿le puede enseñar su portafolio?'. Dije, 'Liz, no me hagas esto. Sabes que estoy a punto de salir'. Pero Liz insistió y dije, 'OK, hazle pasar, ¡pero solo por veinte minutos!'. Entra Josep Toutain llevando un portafolio (imagina a John Carradine con un fuerte acento español, solo que mejor parecido). Hace una reverencia y dice, 'Mr. Warren (pronunciándolo "Wahr-den"), soy Josep Toutain. No hablo inglés demasiado bien pero represento a un grupo de artistas españoles de Cataluña, España'. Pregunta si me importa que fume, niego con la cabeza, y coge su cigarrillo como Peter Lorre en "Casablanca"... Josep era todo un personaje, y yo estaba encantado. Y luego cometí mi primer error, y me mordí la lengua justo después de cometerlo, pero dije, 'Liz, quizás a Mr. Toutain le gustaría tomar café'. ¡Dios, eso a los diez minutos! No ofreces café a nadie que tienes pensado echarlo de una patada a los cinco minutos! Pero no pude hacer nada, era tan encantador. Ella trajo el café y supe que estaba vencido. Nunca podría estar en esa cita de las 4:30. El dijo, '¿Le suena familiar Cataluña? Es el lugar de nacimiento de Picasso, Dalí, y muchos otros grandes artistas. Tengo artistas que admiran sus magazines desde hace muchos, muchos años, y acabo de venir de ver a Carmine Infantino y Stan Lee. Ahora me gustaría enseñarle algunas muestras de arte'. Dije, 'Oh, ¿ha ido a ellos primero? Está bien. Lo entiendo. DC y Marvel son un poco mayores que nosotros, pero antes de que me muestre estos trabajos, dígame: ¿Han comprado ellos algo?'. Me miró muy astutamente y dijo, 'Aún no. Se lo están pensando'. De modo que me dije, 'De acuerdo. Vamos a ver de qué va todo esto'. Pone su gran portafolio de cuero en la mesa, lo abre, y le echo un vistazo a dos muestras. La primera página era de un artista llamado José González. Dibujos de mujeres. La segunda página era de un hombre llamado Esteban Maroto, y no digo nada, no muestro expresión alguna; pero para cuando iba por la tercera página no pude contenerme. Dije 'Es trabajo excepcionalmente bueno. ¿Quiénes son esta gente?'. El dijo 'Son los artistas a quienes represento. Yo mismo soy un artista. ¿Conoce a Will Eisner?. Nos carteamos'. Esto me decía que sabía de comics. De modo que miro página tras página de este arte increíble, en un estilo que fué bien descrito como "europeo". Era una sensibilidad diferente, un estilo de arte diferente. Toutain también me mostró pinturas que estaba vendiendo como portadas para Dell y otras editoriales. Comencé a hacerle preguntas sobre arte y artistas españoles. A esas alturas eran las 6 PM. Había olvidado completamente mi temprana cita de las 4:30. No volví a preocuparme de ninguna cita. Estaba mirando fijamente ese arte hasta que perdí los sentidos. Miraba al artista de Vampirella que estaba buscando desde hacía dos años. La cita fué cancelada, y ella no volvió a hablarme de esta. Josep Toutain y yo fuímos después a cenar a las 8 PM. Negociamos precios, fechas de entrega, convenios con los bancos, todo antes de que el camarero sirviera el primer plato."

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