6 de mayo de 2010

EL ESQUIVO SALÓN DEL CÓMIC

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Hace muy poquito tiempo estaba ilusionado con esta fecha. Pensaba que como colaborador de un programa de radio por el que a ni un café nos invitaron, podría conseguir acreditación y ayuda para acudir a esta cita barcelonesa. ¡Oh, mísero!, ¡oh, iluso!, de Radio Betis nada sacarás.

Que quede claro que no es una cuestión de racanería, no es por dinero, ni tan siquiera por tiempo. Una ilusión así se debe y se puede cumplir. ¡Qué va!, lo que me esperaba era acudir a la cita con cierto contenido, con acceso a un poquito más de información que la que podría tener como simple visitante. Pero no ha sido posible, no solo por la extinción del programa, rara avis en un medio de prensa deportivo, sino porque cosas así no son posibles en la centenaria institución. Al menos, por ahora.

Pero al menos con esta entrada, hago una visita aunque sea virtual a Barcelona.

Sé que este año visitarán el Salón/Saló Moebius y Tardi. ¡Cómo no querer estar allí!. De Tardí, como de otros tantos autores no he llegado a hablar en este blog. Sí de Moebius. Y también he confesado mi admiración por lo francés, por lo francófono, por la grandeur… Dedicaré alguna página más a los autores franceses, lo prometo.

Sé que ese año hay una especial conexión entre el cine y el cómic. Dos artes impares, séptimo y noveno; dos formas de expresión; dos lenguajes, ambos gráficos, ambos parecidos; ambos distintos. La idiotez los iguala, los compara, los convierte en formas de expresión marginales, aptas solo para niños. Pero es eso, la idiotez la que los convierte en nimiedades. En curiosidades. También intentaré dedicar alguna página a la conexión entre cine y cómic. Por los muchachos de Châteu de Cinéma. Por los aficionados. Por mí.

img_6 He oído que este año se hará un homenaje a Vázquez. Ínclito, superlativo Vázquez, el trabajador incansable, el pluriempleado del tebeo. Imagino que este autor será señalado como uno de los grandes del tebeo español. Es bueno lo que quieren hacer, pero no suficiente. Vázquez, haciendo alarde de mala leche, anticipó la sátira que, hoy día, cuando revisamos los productos que nos vienen de USA nos parecen obras maestras. Y volvemos a la idiotez. Cuando Vázquez, y otros autores, trabajaban, lo hacían en el más absoluto olvido, pero con la presión de no poder sacar ni un solo pie del plato. Pero Vázquez sobresalió de los demás por propio talento, por capacidad creativa y artística. Sus historias, sacadas de la destilación vazquiana de una gris realidad, parecen de otra época, pero se saltaron la censura, el muermo y la tristeza de la época. Y nació Vázquez, en palabras de un gran crítico, el terrorista de su arte, de sí mismo. El Gran Maestro/e del tebeo. Y nos creemos que el creador de los Simpsons o de Padre de Familia ha descubierto la rueda.

Y aquí estoy yo. A una distancia del orden de los 1000 Km. del Salón, con las ganas de ir y pensando en qué encontraría, en si alguna vez las trece rayas verdiblancas me darán otra satisfacción, o si tendré que buscarla en otros lares;  y pensando en si allí, en Barcelona, los cómics y el Salón me serían gratos o si se convertirían en otra decepción. No lo sé, pero si hay XX Salón del Cómic, allí quiero estar. Por volver a los tiempos en los que Barcelona representaba ese otro mundo sofisticado y de diseño en el que los que renegábamos del victorianismo de provincias queríamos vivir.

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